26 mayo, 2006

THE LEAGE

Siempre que afirmo algo, enseguida pasa justo lo contrario. Ironías de la vida. Si alguien leyó los comentarios de mi último post, sabrá que soy fiel a la prosa. Bien, pues he dejado de serlo y me he leído, ¡atención!, un comic. Y no uno de Mortadelo y Filemón… me he leído uno de esos de los “serios”. Vamos, de los que se leen los frikis que luego van a la feria del comic buscando números imposibles de encontrar en las tiendas o que valen un pastucio (no lo digo por rajar, que quede claro, les he llamado “frikis” desde el respeto y el cariño , aunque en mi mente aparezca el fulano de los Simpson) Pues bien, que me lo haya leído no es lo peor: lo peor es que me ha gustado. Bastante. Especialmente una imagen de un cerebro saliendo del cráneo de un poli… pero claro, eso es ya algo secundario.

Se trata en concreto de The Leage of Extraordinary Gentlemen. El guión es de Allan Moore , cosa que seguramente sabrá todo el mundo, pero que yo, pobre ignorante, desconocía hace un para de semanas. He leído (y me han contado) por ahí cosas sobre el tío, y podría reproducirlas, pero me parece innecesario. Si es que no lo conocéis y os interesa, para eso está internet. Yo me he quedado con que es un crak (eso se llama simplificar, con un par)
Lo interesante de la historia es que Moore hace un pastiche muy seductor con personajes rescatados de novelas del XIX, básicamente. De Brahm Stoker recoge a Mina Harker, ahora divorciada y con una nueva personalidad. Toma su apellido de soltera (Murray) y deja de ser aquella mujercita débil que no podía luchar contra las adversidades (ese “rollete sangriento” que tenía con el Conde) Bueno, decir que deja de serlo es ser muy poco realista. Adopta el papel de mujer segura de si misma e independiente, con unos toques feministas que revelan claramente que todo eso no es más que una máscara que intenta ocultar lo que ella cree que realmente es: un ser indefenso, una víctima(y yo en una ingeniería cuando podría estar forrándome con el psicoanálisis...) De Henry Rider Haggard, a quien no conocía antes, toma a Allan Quatermain. En sus novelas este personaje muere, pero Moore modifica su historia convirtiendo esa muerte en una simple salida de escena. Mina Murray lo rescata de El Cairo, donde había estado dedicándose a la pacífica tarea de fumar opio. Me pareció el personaje más humano de todos. Adicto a la drogas y con una amor que intenta obviar… Están también el Capitán Nemo (en plan nihilista), el Dr. Jekyll y su inseparable Mr. Hyde, asustadizo el uno, temible (y muy cómico) el otro y, por último, el Dr. Griffin, el hombre invisible de H. G. Wells, un psicópata falto de moral (como todos los psicópatas, me imagino.) En su favor hay que decir que no hace nada a la ligera, el fulano es muy pragmático.
De todos los personajes se podría hablar un montón, tienen características muy concretas que los hacen necesarios y muy especiales dentro del grupo. Hay constantes guiños a la literatura tanto en el guión como en los dibujos de Kevin O’Neill. Guiños que a mi se me han escapado en su mayoría, pero que me sorprendieron cuando los descubrí después. Más que nada, porque aunque conocía a todos los personajes, excepto a Quatermain, realmente no me he leído ni 20.000 leguas de viaje submarino (me aburre Verne) ni El Hombre Invisible. Así que no conozco la verdadera historia de la mayoría de los personajes. De todos modos, también hace referencia a otras cosas más asequibles para mi incultura (los asesinatos de la Rue Morgue, o la historia de Holmes y Moriarty) y eso es algo que da mucho juego…


Sólo me queda añadir que, a pesar de este flirteo, que ha sido muy interesante y novedoso, me vuelvo con mi querida prosa. El Médico me ha aburrido un poco (supongo que es un libro que le gusta a mucha gente, en realidad. En parte me ha recordado a Los pilares de la tierra, si lo habéis leído y os gustó, seguramente El Médico también)

Pero la cuestión es que ahora estoy con algo verdaderamente bueno… ya os contaré.